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Vriesia.

La Vriesea suele confundirse con la Tillandsia.

El nombre Vriesea está dedicado al botánico holandés H. de Vriese (siglo XIX). Es un género de la familia de las Bromeliáceas que comprende más de 100 especies. La mayoría de ellas son plantas herbáceas perennes e incluso varias especies mueren poco después de florecer.

Son todas nativas de la América tropical y la mayoría son epífitas.

Las especies comunes son: Vriesea ensiformis, Vriesea splendens, Vriesea carinata, Vriesea hieroglyphica. Vulgarmente se conoce como Vriesia, Espada de fuego o pluma de indio.

Las Vriesias crecen formando una roseta basal con hojas coriáceas, de forma acintada y arqueada. Del centro de la roseta surge el vástago que aguanta la inflorescencia, una espiga simple o ramificada en pequeñas flores. Las brácteas (amarillas, rojas) que recubren las flores aportan el valor decorativo.

Deben ubicarse en semi-sombra, con buena luz pero sin sol directo. La temperatura no debería ser menor de 18-20 ºC, incluso durante la noche. En zonas de clima cálido pueden estar al aire libre durante el verano, siempre que se las mantenga en lugar abrigado y con sombra.

Para regar las Vriesias basta añadirles un vaso de agua a la semana durante el invierno y 2 veces a la semana, un vaso, durante las estaciones más calurosas. Durante la época de crecimiento la tierra debe permanecer un poco húmeda y la roseta central con agua; en período de reposo, el embudo central estará vacío de agua. Las hojas necesitan rociarse con agua habitualmente.

El suelo estará compuesto por 1/3 de tierra normal, 1/3 de tierra de brezo y 1/3 de arena con tierra de hojas. El cambio de tiesto se realiza después de la floración, si bien suele ser innecesario pues la planta crece poco.

Los abonos pueden hacerse mensualmente con fertilizante orgánico diluido en agua.

La Vriesia es una planta resistente al ataque de los parásitos, pero muy sensible al exceso de humedad y al exceso de sol.

La multiplicación se suele hacer por separación y plantación de los retoños que crecen en la base de la planta cuando ésta muere. La reproducción por semillas es muy complicada.

Especies más habitales de Vriesia:

Vriesia splendens (Espada de fuego)

Se cría nativa en Venezuela, Guayana, Surinam y algunas islas del Caribe.

La espada de fuego llega raramente a 1 m altura. Sus hojas forman una gran roseta con forma de embudo.

Sus hojas son arqueadas y mide de 4 a 8 cm de largo y de 4 a 6 cm de ancho y están suavemente acanaladas por la cara superior.

El escapo floral de la Vriesea splendens es erecto y tiene brácteas que lo abrazan por la parte inferior. La inflorescencia dispone de brácteas apretadas de color rojo con amarillo en la punta; tiene forma lanceolada y aguda. Sus flores son numerosas, con pétalos amarillos, de 8 cm de longitud y los estambres sobresalen de entre los pétalos.

Debe protegerse del sol directo. La temperatura ha de ser cálida, al menos de 18-20 ºC, aunque la planta tolera hasta los 30ºC.

La tierra ha de mantenerse siempre húmeda. Para los riegos es mejor usar agua no calcárea y tibia.

Vriesia ensiformis:

Es originaria de Brasil y se introdujo en Europa en el siglo XIX.

La Vriesia ensiformis tiene numerosas flores de unos 5 cm de longitud colocadas en 2 filas en inflorescencias de hasta 35 cm, al final de un escapo (tallo herbáceo) que alcanza 70 cm. Sus hojas tienen la forma de espada de doble filo. Pueden llegar a los 50 cm de largo y 4 cm de ancho, agudas y con venas rojas en su superficie.

Necesitan exposición luminosa y les van bien algunas horas de sol, mientras no sea en las de más calor.

El ambiente será aireado, con temperaturas sin bajar de 10 ºC ni subir de 30 ºC.

Como todas las Bromeliáceas, hay que mantener el centro de la planta lleno de agua y suprimir dicha agua en cuanto aparezca el escapo floral. Una buena cadencia de riegos sería unas tres veces por semana en verano una vez cada 15 días en invierno.

Las Vriesias ensiformis precisan suelo turboso, suelto y bien drenado.

Lo mejor es multiplicarla a partir de las plántulas que hay junto a la planta madre cuando muere. El trasplante se hará con cuidado de no dañar las delicadas raíces en primavera o verano y hacerlo cuando las plantitas hayan alcanzado un tamaño de casi la mitad de la planta adulta.

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